Vivimos tiempos convulsos en los que la información se ha convertido en un arma casi peligrosa, con la capacidad de manipular, influir y hasta aterrorizar. Lo he comentado en más ocasiones, la actualidad «pandémica» nos deja titulares de infarto que buscan alarmar y lograr lectores; las redes sociales han provocado que la carrera por tener más “clicks” sea feroz y despiadada. Por eso, como periodista, observo atónita esta realidad e intento convencerme de que el periodismo veraz sigue existiendo, lo encuentras cada día, afortunadamente, pero cada vez es más difícil distinguirlo.
Esta semana he podido comprobar cómo un medio de comunicación tergiversaba una noticia hasta los límites de la invención y la mentira, ¿con qué fin?, probablemente con el de lograr audiencia creando un titular sensacionalista y alarmista a cuenta de Olvido Hormigos.
La realidad actual es que esta mujer está alejada de los medios de comunicación desde hace tiempo y el hecho de que en el pasado sí estuviera vinculada a la televisión no da carta blanca para mentir sobre ella. ¿Qué periodismo es este?
La historia es así: un reportero de Sálvame llega a la casa de Olvido Hormigos, sin previo aviso, y ella le atiende; le pregunta sobre su vida actual, qué hace ahora, ella les habla, pero como está con su hija menor, las cámaras no graban y simplemente cuenta que lleva una vida tranquila en Los Yébenes, que está feliz con su familia y que no está en sus planes volver a la televisión.
El reportero reprodujo en el programa esta conversación y al día siguiente, como era de esperar, algunos medios de comunicación se hicieron eco de esta charla. Me encuentro con titulares verídicos como “Olvido Hormigos: ‘En la televisión no tengo nada que decir’” o “Así es la nueva vida de Olvido Hormigos alejada de la televisión”, pero cuál es mi sorpresa cuando me encuentro en un medio asturiano con esto: “Destapan la complicada situación que está viviendo Olvido Hormigos dos años después de dejar la tele”, ¡menudo titular! ¡Cómo no pinchar en la noticia!
En ella mienten diciendo frases como “hoy en Sálvame han desvelado que no está pasando por su mejor momento” o “Necesita dinero y lo necesita de forma más o menos rápida”. ¿Todo esto lo han sacado de las palabras que ella dijo al reportero que fue a su casa?
Como buena periodista que me considero, decidí preguntar a la afectada y me confirmó que esas afirmaciones son falsas, que ella no ha dicho eso en ningún caso y que no tiene intención de desmentir nada porque el miedo está ahí, miedo a que se vuelva a mentir, a que se inventen palabras que no ha dicho… Es indignante que una persona tenga miedo a decir que están mintiendo sobre ella, miedo a expresarse libremente y que respeten sus palabras tal cual las ha dicho.
No entiendo el motivo de la mentira, por qué un periodista tira de invención sabiendo que de ese modo haces daño a una persona, quizá también a su familia y que, además, no solo le estás faltando el respeto a ella, sino a ti mismo como profesional. Como era de esperar esta noticia se reprodujo en las redes sociales del medio de comunicación, con ese titular tan sensacionalista y los comentarios no tardaron en llegar, en llover… Simplemente lamentable y vergonzoso.
Me abochorna y me indigna como periodista que se manche así esta profesión, que se actúe con tan poca ética y moral. Y este caso es solo un ejemplo de los muchos que podemos ver casi a diario, ¿qué está pasando?
Qué quimera se antoja ahora esta célebre frase de Gabriel García Márquez: “La ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón”.